La selección brasileña, dirigida por el entrenador argentino Rubén Magnano, estuvo a punto de vencer a Estados Unidos, el gran candidato, y aunque finalmente no lo consiguió, demostró que es un serio aspirante a luchar por las medallas. El conjunto norteamericano se impuso por 70-68, a pesar de haber estado abajo en el tanteador en la mayor parte del encuentro.
Desde el comienzo Brasil dejó en claro que iba a ser un rival mucho más exigente que Croacia y Eslovenia, los anteriores contrincantes de Estados Unidos. De hecho, ganó la primera mitad con autoridad y recién cuando faltaban cinco minutos para finalizar el tercer cuarto, los dirigidos por Mike Krzyzewski pudieron pasar el frente (52-50). La acumulación de faltas de Marcelo Huertas y Tiago Splitter, dos de las figuras más importantes de Brasil, los obligó a pasar varios minutos en el banco de suplentes. Sin embargo, el trámite se mantuvo parejo y Estados Unidos no logró sacar diferencia.
El cierre fue para el infarto. A falta de 3 segundos para el final, Marcelo Huertas dispuso de dos tiros libres, que le hubieran permitido empatar. El base falló el primer intento y tiró a errar el segundo. Él mismo capturó el rebote y le cedió la pelota a Barbosa, que estaba más próximo al aro, pero no pudo definir ante la presión estadounidense.
La estadística final marcó que Kevin Durant fue el jugador del partido con 27 tantos y 10 rebotes.
De esta forma, los norteamericanos ya están clasificados para los octavos de final. Brasil se fue entre lamentos, pero demostró que está para pelear bien arriba.
