Una página dorada en la historia de Empacadores de Green Bay se cerró este martes cuando el quarterback Brett Favre, hijo pródigo del conjunto de la bahía, dijo adiós a los emparrillados tras 17 años como profesional.
La leyenda viviente, cansado mentalmente, decidió poner fin a su brillante carrera como integrante del mítico Empacadores de Green Bay, donde escribió momentos que han quedado plasmados en la historia de la franquicia conocida también como los Cabeza de Queso.
La noticia fue dada a conocer por el gerente general del equipo, quien anunció que Favre les informó que se retiraba después de 17 temporadas, como uno de los más grandes en la historia de este deporte y en perfectas condiciones físicas, algo que pocos han podido lograr.
Durante 16 temporadas visitó el jersey de los Empacadores y en todas y cada una de ellas dejó muestra de su gran perseverancia, del amor por el futbol americano y por los colores de su amado equipo.
Favre, de 39 años de edad, deja detrás de sí una gran huella, marcas impresionantes, pero sobre todo el espíritu de un hombre que nunca se dio por vencido, que siempre fue adelante y que a pesar de las adversidades nunca dejó de creer en sí mismo y en su equipo.
Prueba de ello fue la increíble temporada que tuvo el año pasado al liderear a Green Bay hasta la final de la Conferencia Nacional, sus números sorprendieron a muchos que ya no creían en él, pues concluyó con cuatro mil 155 yardas y 28 pases de touchdown y un rating de 95.7.
En 2006 el General, al borde de las lágrimas más por la impotencia de no haber tenido un equipo para luchar contra sus adversarios, pretendió anunciar su retiro enmedio de un tumulto de reporteros.
Pero el head coach de Green Bay, Mike McCarthy, lo convenció para que regresara y le prometió que construirían un equipo contendiente, y así fue.
Favre tuvo las armas necesarias para pelear, como siempre lo hizo, y lo demostró con creces, llevó a los Empacadores a concluir con la segunda mejor marca de la Conferencia Nacional 13-3, sólo detrás de Vaqueros de Dallas.
Conquistó antes de irse el título de la División Norte de la Conferencia Nacional, pero dejó muestra de su alma combativa en la Final de la "Vieja Liga" donde en tiempo extra y con el termómetro marcando 35 grados bajo cero cayó como un grande ante los Gigantes de Nueva York.
Se va un grande comparado sólo con leyendas de la talla de Joe Montana y Johnny Unitas, un guerrero incansable que ya ahora tiene su lugar reservado en el Salón de la Fama de la NFL.
