temporada 2008 ha empezado llena de sorpresas y con la contundente victoria de Lewis Hamilton y su McLaren-Mercedes en el Gran Premio de Australia. El británico ha dado un auténtico recital de conducción bajo la tórrida atmósfera del circuito de Albert Park, y nadie ha podido plantarle cara en toda la carrera.
La segunda posición ha sido para un Nick Heidfeld tan discreto y eficaz como siempre, mientras que Nico Rosberg ha completado este podio, inusual pese a todo.
Los grandes derrotados han sido los Ferrari, pues ninguno de sus pilotos ha cruzado la línea de meta. Tanto Raikkonen como Massa han tenido una carrera llena de encontronazos, salidas de pista y, en última instancia, también problemas mecánicos. La debacle ha sido completa para los de Maranello, y la alegría de Fernando Alonso, rotunda. El bicampeón mundial ha logrado una muy meritoria cuarta plaza, tras sortear todo tipo de incidentes y verse ligeramente penalizado por la repetida presencia del Safety Car en pista. Su ritmo de carrera no ha sido elevado, y ha pasado toda la carrera en plena lucha, pero ha conseguido incluso terminar por delante del McLaren de Heikki Kovalainen, con quien ha mantenido una intensa lucha en las últimas vueltas, y que se ha decidido en favor del español cuando su rival ha pulsado el botón del limitador en plena recta de meta.
Rubens Barrichello y Kazuki Nakajima han sido los otros dos pilotos que han cruzado la línea de meta, porque se ha dado la curiosa circunstancia de que el octavo lugar de Sébastien Bourdais, que le vale un precioso punto en su debut en la categoría reina, se ha dado sin que el francés de Toro Rosso haya cruzado siquiera la línea de meta
