El FC Barcelona volvió a evidenciar su superioridad en la competición doméstica tras derrotar (0-1) al Sporting de Gijón, refrendando así su momento de juego, mientras que el Espanyol hizo lo propio (1-0) ante un desconocido Athletic de Bilbao, en dos de los encuentros inaugurales de la vigésimo jornada de la Liga BBVA.
De este modo, el conjunto azulgrana inaugura con las mismas sensaciones la segunda vuelta del concurso liguero, con un plantel fresco dada su anticipada eliminación copera, lo que le permite consolidar su liderato y aumentar momentáneamente su renta hasta los ocho puntos sobre el segundo en liza, el Real Madrid, que debe saldar antes su compromiso en Riazor.
En el comienzo del partido, y al igual que sucediera en el precedente entre ambos en El Molinón el pasado curso, solventado por 1-6 por los culés --el mismo que marcó el resurgir de los pupilos de Guardiola--, fue el cuadro barcelonista el que aunó el total dominio del choque al presionar la salida del balón de los asturianos, que apenas sobresalían con tímidos contragolpes.
Por su parte, la vanguardia catalana inquietó constantemente la puerta de Juan Pablo, con rápidas conexiones entre Messi, Xavi e Iniesta, hasta que en el minuto 30 el jugador manchego asistió entre líneas a Pedro -hoy titular en detrimento de Henry- para que anotara con un lanzamiento por el palo corto, en su sexta diana en Liga.
Con la ventaja ya certificada sobre el luminoso, el Barcelona mantuvo el particular monólogo dictado por su medular con constantes ocasiones, muchas de ellas erradas por el propio Messi, hoy desacertado, y por un participativo Zlatan Ibrahimovic, que sigue sin anotar desde el pasado 12 de diciembre en el derbi regional.
En los últimos minutos, el poco acierto en la última línea visitante, que dispuso de más de una docena de claras oportunidades de gol, contrastó con alguna jugada aislada a balón de los sportinguistas, rememorando el riesgo a un empate inesperado -como ya sucedió en Pamplona- que desarbolara el trabajo de los vigentes campeones.
Sin embargo, la eficacia de Víctor Valdés, que con éste acumula cuatro citas sin recibir gol, favoreció su decimosexta victoria y fortaleció su comunión con El Molinón, un estadio talismán que, además de marcar el despegue del Barcelona de Guardiola el pasado año, ha servido para que el de Santpedor celebre su partido centenario al cargo del banquillo azulgrana
