El tricampeón mundial de marcha ecuatoriano que obtuvo una medalla de plata en los últimos Juegos Olímpicos de Pekín, Jefferson Pérez, padece una enfermedad degenerativa en rodillas y espalda, que podría llegar a postrarlo en silla de ruedas en tan sólo cinco años, informó ayer su hermano, Fabián Pérez.
Jefferson llegó este pasado miércoles a Quito, sin previo aviso, y se hospedó en un hotel, donde su hermano confirmó ante la prensa que los 15 años de estrictos entrenamientos para lograr importantes títulos internacionales afectaron seriamente la salud del marchador.
La enfermedad, que no fue identificada, podría tener cierto alivio con una operación. “Ha sido un precio demasiado alto por amor al deporte, a su familia, al país”, dijo Fabián Pérez a medios de comunicación locales.
La noticia generó gran consternación entre los ecuatorianos, que festajaron los triunfos de Pérez a lo largo de su carrera, en la cual el logro más destacado fue obtener la única medalla de oro olímpica ecuatoriana en los Juegos de Atenas de 1996.
Pérez aseguró que el atleta es consciente de esa realidad desde hace diez años, cuando fue advertido por un médico que le realizó toda suerte de pruebas en los Estados Unidos, pero que fue después de los Juegos de Pekín, “en un acto de buena fe” de parte de su médico personal, el ecuatoriano Marco Chango, cuando se hizo público su caso. “En esa ocasión no se quiso hacer público para no preocupar a mi madre pues en ese momento el médico de Estados Unidos le dijo: si quieres a tu cuerpo, tienes que terminar tu carrera en este momento. Pero él dijo que no, porque tenía otros objetivos que cumplir”, resaltó.
Fabián Pérez insistió, en que el diagnóstico está confirmado. “Esa es la verdad, y se ha llegado a ese punto porque Jefferson ha forzado demasiado su cuerpo, es decir, ha maltratado demasiado a su organismo”, subrayó. Fabián Pérez afirmó que “es un precio demasiado alto, pero él lo quiso hacer, nadie lo obligó a nada, lo hizo por amor a él mismo, a su familia y a su país. No se buscará culpables, habrá que tener fe en Dios para que no comience tan pronto, o que no comience nunca”, expresó.
