Jericho Scott apenas tiene nueve años pero ya es un pelotero temible.
El diestro lanza a más de 65 kilómetros (40 millas) por hora.
Lanza a tal velocidad que la Liga Juvenil de Béisbol de New Haven le dijo a su coach que el chico no podía lanzar más. Cuando Jericho se subió al montículo de todos modos la semana pasada, el equipo rival cedió el juego, recogió sus cosas y se fue, dijo el coach.
Los dirigentes de la liga de tres años, que tiene ocho equipos y un centenar de jugadores, dijo que desbandará el equipo de Jericho para distribuir sus jugadores entre otros equipos. Dicen que el coach Wilfredo Vidro renunció.
Pero Vidro dice que no es cierto y que su equipo se niega a desbandarse. Los jugadores y sus padres efectuaron una protesta el sábado en el campo de la liga instando a que dejen lanzar a Jericho.
"El nunca lastimó a nadie", dijo Vidro. "¿Cómo se puede castigar a un niño por ser demasiado bueno?" "Me siento triste", dijo el muchachito. "Siento que por mi culpa nadie puede jugar".
El coach y los padres dicen que Jericho es castigado injustamente porque rechazó una invitación de incorporarse al campeón de la liga, patrocinado por el empleador de uno de los administradores de la liga.
Jericho en cambio se unió a un equipo patrocinado por Will Power Fitness. El equipo tenía foja perfecta de 8-0 y estaba camino de los playoffs cuando se le impidió lanzar.
