Gales dejó clarísimo su condición de máximo favorito a revalidar el título logrado en 2008, tras superar con claridad y soberbia a su eterno rival, Inglaterra, en la 2º jornada del torneo
Desde el arranque del partido, el Dragón exhibió un vigoroso juego para ponerse 9-0 en los primeros 20 minutos de juego, con dos penales de Stephen Jones y uno de Leight Halfpenny. Inglaterra, que ya no es el mismo conjunto que venció en 12 de sus 13 duelos a Gales entre 1994 y 2004, pagó cara la ausencia de Jonny Wilkinson, cuyo sustituto, Andy Goode, alternó momentos mágicos, como un drop que para poner las cosas 9-8 (cinco minutos antes había apoyado Paul Sackey) y una amonestación que destruyó las esperanzas inglesas en el complemento.
Y es que la ausencia del apertura durante diez minutos tuvo como consecuencia ocho puntos galeses, gracias a un try de Halfpenny y a otro penal del certero Jones. Claro, esta tunda tempranera echó por tierra cualquier intento de la Rosa. Es más, el visitante ni siquiera pudo reaccionar cuando Delon Armitage, a los 55, apoyó otro conquista para poner las cosas 20-15. Ni siquiera ahí, con ese envión, el subcampeón del mundo pudo solucionar el acertijo que le planteó Gales. Y obvio, mucho menos logró maquillar los errores defensivos, que fueron una contante en el equipo de Martin Johnson.
La cuenta galesa, y la agonía inglesa, la cerró Jones, con otro penal, para terminar el match con 15 puntos y tranformarse en el goleador del partido.
Ahora, y aunque el domingo juegue Irlanda, el único seleccionado que lo puede alcanzar, el Dragón disfrutará de algunas horas como único puntero del campeonato más importante del Viejo Continente.
